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Diez millones de euros para tu gato: cada vez más personas dejan toda su herencia a sus mascotas

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Diez millones de euros para tu gato: cada vez más personas dejan toda su herencia a sus mascotas

¿Qué le pasa a tu mascota cuando mueres? La pregunta puede parecer trivial, dado que la mayor parte de los dueños atraviesan el proceso contrario: la pérdida de su compañero animal. Sin embargo, parece ser objeto de creciente interés entre numerosos dueños. Como revela este reportaje de The Hustle, el volumen de herencias y fondos dedicados a perros o gatos se ha multiplicado durante los últimos años.

Y sí, muchos de ellos heredan auténticas fortunas.

La tendencia. Las cifras provienen de Estados Unidos, el país con el mayor número de animales domésticos del mundo. El 44% de los dueños ya ha previsto o establecido algún tipo de plan financiero para su perro o gato tras su muerte. La cifra es interesante y responde a un creciente amor humano hacia los animales: el 81% de nosotros ya consideramos a nuestras mascotas tan importante como cualquier ser humano.

Tiene sentido desde un punto de vista psicológico. Sentimos sus pérdidas tanto como las de nuestros familiares. Y de ahí la preocupación por su bienestar tras nuestra muerte.

Ejemplos. El listado de animales millonarios gracias a las herencias excéntricas de sus poseedores es largo. Curiosamente, el premio más alto no corresponde ni a un perro ni a un gato, las especies más populares, sino a un gallo, Gigoo, propiedad del multimillonario Miles Blackwell. A su muerte en 2002 dejó más de $15.000.000 de euros al ave a través de un fondo gestionado por terceros. La idea, garantizar su bienestar.

Tommaso, Blackie, Trouble o Choncita son otros casos. Hay incluso tortugas millonarias, Big Tibby.

¿Cómo funciona? No es sólo un asunto de ricos solitarios y huraños. Hay dos formas de legar dinero a un gato o a un perro: o bien a través de una donación directa a una persona de confianza para que administre el patrimonio del animal; o a través de un fondo legalmente establecido que obligue a utilizar el dinero específicamente al mantenimiento del nivel de vida de la mascota. Es la vía más común porque asegura cierto control sobre el recibidor del dinero.

Problemas. Los fondos son una garantía. Dado que el dinero va a una persona (en nombre del animal), nada garantiza que esta, quizá desvinculada emocionalmente de nuestro querido perro o gato, no emplee el dinero para su propio beneficio. Los fondos establecen mecanismos de control y supervisión a través de revisiones periódicas de la relación entre la mascota heredera y su cuidador. 

No está exento de fraudes. Los cuidadores a veces desvían fondos o sustituyen al animal una vez ha muerto para seguir accediendo al dinero.

Creciente relación. ¿Una locura? Puede ser. Pero revela nuestro creciente link emocional con las mascotas. El 31% de los españoles los queremos más que a las personas. Las generaciones actuales pasan más tiempo solas y tienen menos hijos o vínculos familiares diarios. De ahí que cada vez tengamos más compañeros animales: en España hay unos 7 millones de perros y más de 430.000 gatos; en EEUU hay más equilibrio: 60 millones de canes por 47 millones de felinos.

Las cifras a nivel global son una incógnita por falta de números fiables.

Protegidos. También nos estamos gastando más dinero mientras estamos vivos. La industria de los seguros de animales ya mueve más de 1.200 millones de dólares sólo en Estados Unidos (con un crecimiento de más del 23% entre 2016 y 2017; un 17% en el caso de Canadá). Nuestra inversión emocional y económica en vida ya es tan alta que, a nuestra muerte, no queremos dejar a los animales tirados.

Imagen: Wade Austin Ellis


La fiebre de la zapatilla: así se especula en el mercado de segunda mano al modo de Wall Street

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La fiebre de la zapatilla: así se especula en el mercado de segunda mano al modo de Wall Street

La industria del calzado vive un momento dulce. El apogeo de la cultura urbana ha resignificado el valor de la zapatilla deportiva para siempre. Ya no son meros objetos prácticos dedicados al ejercicio físico; hoy son auténticos objetos de culto, embadurnados de mitomanía, cuyo valor no es tanto funcional como artístico. La obsesión llega a tal punto que las cifras del mercado secundario son alucinantes.

Ya hay quien se gana la vida comprando y vendiendo sneakers cual broker de Wall Street.

¿Cómo? A través de múltiples plataformas de valores que operan, en la práctica, como un mercado de valores. StockX es probablemente el mejor ejemplo: su portada ofrece gráficas de rendimiento de Adidas, Nike o Reebok; cada zapatilla cuenta con pujas mínimas y máximas; y a todos los modelos se les añade su cotización, el precio medio de venta, y los precios premium manejados en el mercado.

No se trata de comprar o vender para utilizar las zapatillas por la calle. Es pura especulación financiera.

Los beneficiarios. Como es lógico, el mercado se sostiene gracias a quienes compran y venden. Los Angeles Times ha hablado con uno de ellos en este reportaje. Nuestro protagonista movió más de $50.000 a lo largo de 2018, generando unos $7.000 en beneficios netos. En un buen mes es capaz de colocar en el mercado un centenar de pares de zapatillas. Analiza tendencias, estima riesgos y compra inventario. En ocasiones todas las unidades disponibles de un solo modelo.

Reventa. StockX es el Wall Street de la compraventa de sneakers, pero no es el único mercado. GOAT, Stadium Goods o Fight Club trasladan la profesionalidad y la lógica del mercado de valores a la reventa de zapatillas. Surgieron a mitad de década en respuesta a un mercado al alza pero enormemente amateur, limitado a eBay o Facebook. Su crecimiento ha sido vertiginoso: Stadium Goods fue adquirida por Farfetch, firma de lujo, por más de $250 millones.

Cifras. Es sólo un pequeño ejemplo. Foot Locker ha invertido $100 millones en GOAT, en la práctica una app de reventa. El mercado no ha parado de crecer durante el último lustro. Un estudio elaborado por NPD estima que ya mueve más de $1.000 millones. Otros disparan la cifra a los $6.000 millones. Y hay quien considera que su volumen comercial superará los $95.000 (!) dentro de siete años.

Las zapatillas. Y todo rota en toro a los modelos. Gran parte de la obsesión por las zapatillas deportivas proviene de la exclusividad. Adidas y Nike producen líneas muy limitadas que, agotadas en el mercado primario, alcanzan precios desorbitantes en el secundario. Por ejemplo: las 9.000 Yeezy Boost 750 producidas por Adidas en 2015 se vendían originalmente a $350. Hoy se pagan a unos $5.000.

Las marcas son conscientes. De ahí la multitud de modelos limitados producidos en exclusividad para determinados atletas o celebridades. Sus precios siempre crecen. Al parecer, tanto Adidas como Nike ya barajan introducir OPV exclusivas en StockX. Es decir, introducir determinados modelos por primera vez en el mercado de reventa. Es el próximo hito de una fiebre imparable.

Imagen: Daniel Chen/Unsplash

Por qué tu camiseta del verano pasado está peor conservada que la de hace 15 años

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Por qué tu camiseta del verano pasado está peor conservada que la de hace 15 años

Entre las cosas que ya no son lo que eran las camisetas de algodón ocupan un lugar destacado.

Eso es porque tenemos pruebas físicas: casi todos tenemos alguna prenda de algodón de hace años con mejor aspecto que una recién comprada. ¿Por qué pasa esto? Por el desarrollo tecnológico. Como cualquier industria, la textil persigue ser más eficaz, conseguir más con menos. Lo que se sacrifica en el proceso es la calidad. Sin embargo, no todo está perdido y esas magníficas camisetas de antes se pueden encontrar todavía, si sabes qué buscar (y cuando acabes de leer este artículo lo sabrás).

En el caso del tejido de algodón, la calidad está determinada por dos variables:

  • La materia prima.
  • El proceso de hilado.

Empecemos por la materia prima. Las mejores variedades de algodón son Sea Island, egipcio, egipcio americano y Pima. Sus fibras superan 32 milímetros de longitud, y son finas y resistentes. Pese a ello, su volumen de producción es ridículamente bajo en proporción a los volúmenes internacionales: tan sólo un 3%. El problema es que crece despacio y sus cosechas son reducidas.

El 90% de la producción mundial de algodón pertenece al tipo American Upland. Dentro de esta variedad hay distintos niveles de calidad, en función del grosor y longitud de las fibras, pero estas no suelen superar los 25 milímetros.

El problema es el hilado

En función de la calidad de la fibra, se utiliza un proceso de hilado u otro, provocando que los tejidos mejoren o empeoren muchísimo. 

La gran mayoría de las camisetas publicitarias o las de marcas de fast fashion utilizan un hilado llamado "open end". ¿En qué consiste? Se trata de una una tecnología desarrollada en los años ‘60 en Checoslovaquia, creada específicamente para aprovechar el algodón de baja calidad, de fibra corta. Es muy parecida a la fabricación del algodón de azúcar: las fibras dan vueltas en un tambor gigante y si empiezas a tirar de un cabo, se van enrollando a su alrededor, creando el hilo.

camisetas (Keagan Henman/Unsplash)

Una camiseta hecha con algodón "open end" tiene un tacto menos suave, se rompe antes y hace bolitas a los pocos lavados. ¿La explicación? Si aumentamos mucho la foto de un hilo de este tipo, vemos que parece una madeja enredada, con muchos cabos que sobresalen. Son justamente estos cabos los que forman las bolitas.

El problema no es sólo la utilización de algodón de fibra corta. Es que, además, en el proceso se daña aún más: con la rotación del tambor, cualquier imperfección de su superficie funciona como una cuchilla, troceando las fibras. Para mejorar la calidad de este hilado se han empezado a utilizar tambores de acero quirúrgico. Su superficie es muy lisa, lo que reduce las roturas.

Así se fabrican, por ejemplo, las camisetas Fruit of the Loom marcadas con el sello Belcoro.

Mejorando el "open end"

El siguiente nivel de calidad son los hilos ring spun. En su fabricación se utilizan fibras de longitud media y una tecnología más antigua, que imita el hilado manual: el algodón se carda para eliminar impurezas y para alinear las fibras que luego se retuercen y estiran. El resultado es un hilo liso, uniforme, con poco cabos que sobresalgan. Un tejido realizado con estos hilos es mucho más resistente, apenas hace bolitas y tiene un tacto agradable. Lo utilizan marcas como Gildan, Russel o Anvil.

Pero el nivel máximo de calidad en los tejidos para camisetas es el algodón peinado ring spun. Para este tipo de tejido se reservan las fibras de mayor calidad, las más largas. Además de seguir la tecnología antigua de hilado, este algodón incluye un paso adicional después del cardado, el peinado.

En este proceso se eliminan todas las fibras más cortas, descartándose hasta un 15% del algodón. Un tejido de este tipo es resistente, tiene una superficie más lisa y uniforme y es más suave al tacto. Son fáciles de identificar, porque en la etiqueta interior suele poner "algodón peinado" o "combed cotton". Sin embargo una pérdida del 15% de algodón no puede hacer otra cosa que encarecer el material, así que son también las más caras.

camisetas algodón (Jason Leung/Unsplash)

Las marcas que utilizan este tipo de tejido son American Apparel, Sol’s, Bella & Canvas. 

Aún así, conviene no fiarse ciegamente de las marcas. No todas las camisetas de un productor se hacen con el mismo algodón. Lo que no es muy relevante para la calidad de una camiseta es el dato que muchos utilizamos: el peso del tejido. Una camiseta gruesa, con un peso alto, de tejido open end, tendrá peor calidad y aguantará menos que una camiseta fina de algodón peinado. Comparar el peso del tejido tiene sentido sólo dentro de la misma calidad.

Así que si buscáis una camiseta de algodón como las de antes, lo ideal es preguntar por el tipo de algodón que utiliza. Si os dicen "algodón peinado", es lo mejor que se puede encontrar. Si os dicen "ring spun", conseguiréis una calidad muy superior a la que estáis acostumbrados. Si os dicen: "¿Qué algodón? Algodón 100%", podréis soltar todos estos datos y diferenciar entre las camisetas de mala calidad y las que durarán toda una vida.

Una versión previa de este artículo se publicó en abril de 2016. 

11 artistas de la era digital para contemplar Instagram como contemplaríamos en un museo

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11 artistas de la era digital para contemplar Instagram como contemplaríamos en un museo

Varios asuntos se han dirimido esta semana en Twitter en relación al mundo del arte. Una de las polémicas giraba en torno a si debía devolverse a sus países de origen todo el patrimonio y obras de arte. Más allá de la polémica, que da para tesis, hay un punto del debate en el que sí me quiero parar. En ese hilo se preguntaba dónde habíamos visto la mayor parte de las obras de arte. Se daban varias opciones, pero ninguna mencionaba las más importantes: libros e internet.

Https Upload Wikimedia Org Wikipedia Commons 9 9c Berlin Pergamonmuseum Altar 01 "Descubierto en 1871 por el arquitecto alemán Carl Humann, el altar fue transportado y reconstruido en Berlín en 1886, en virtud de un acuerdo de 1879 entre Alemania y el Imperio otomano. Desde entonces, el gran friso de esculturas puede contemplarse en el museo de Pérgamo, uno de los Museos Estatales (Staatliche Museen) de la Isla de los Museos de la ciudad. Desde hace algunas décadas el Estado turco reclama su restitución sin éxito. (Fuente Wikipedia)"

La mayor parte de la gente ha visto las grandes obras de la Historia Universal a través de reproducciones en libros o en la red. Por lo tanto, la Historia del Arte es para la mayoría una Historia de las imágenes, incluidas obviamente la escultura y la arquitectura. Es más, gracias a Google Maps y las visitas virtuales a museos la experiencia de lo artístico ha dado, nunca mejor dicho, un giro de 360º.

El poder de las redes en este sentido es absoluto.Las colecciones digitales están a la orden del día y permiten que cualquier persona con acceso a internet pueda “viajar”, ver y leer archivos que antes solo estaban al alcance de quien pudiera costearse ese tipo de desplazamientos.

Internet ha cambiado la forma en la que experimentamos lo artístico y permite el intercambio horizontal de información entre artistas, galerías e interesados por el arte. Hace unos días un tuitero escribía al Museo Lázaro Galdiano para advertirles de que el retrato que atribuían al monarca Leopoldo II era en realidad de Auguste Rodin. Esta forma de interacción tan inmediata y a la vez tan sencilla permite que lo que antes era casi imposible, dialogar con lo institucionalizado (el arte incluido) sea ahora accesible y cercano.

También la experiencia ha cambiado para los artistas que empiezan desde que existe Internet. Las redes son un escaparate perfecto para colgar su trabajo. Galerías, agentes del mundo del arte y curators pasan horas y horas navegando en Tumblr e Instagram buscando nuevos talentos. Muchos artistas ni siquiera necesitan intermediarios para dar a conocer y vender sus trabajos. Colgada en la red la obra aparece directamente en nuestras pantallas para ser compartida y admirada por la masa social.

Este intercambio es una oportunidad para muchos artistas que, de no ser por la capacidad igualadora del acceso digital, no encontrarían la fórmula de poder llegar al público, o incluso no llamarían la atención de las galerías, siendo el mundo del arte uno de los más cerrados y elitistas.

Veamos 11 artistas que han consolidado sus carreras y han apuntalado la popularidad de su obra a través de las redes sociales.

Denis Sarazhin, el pintor de los cuerpos espaciales

Antoine Cordet, meláncolica figurativa e hipnótica

Loribelle Spirovski, arte pop y surrealismo

Lou Ros, las pinturas glitcheadas

Luca Giovagnoli, escenas creepys, cincuenteras y sensuales

Sally Bourke, retratando a los patitos feos

Alexander Tinei, el que se inspira con las fotos que subes de tu pareja

Matthew Stone, cuerpos desmembrados y coloridos

Monica Rohan, mujeres y telas en caída libre

Maria Kreyn, pinturas barrocas para el siglo XXI

Mark Tennant, el pintor del píxel

¿La principal atracción turística en la India en 2019? Ni el Taj Mahal ni Kerela, las chabolas de Bombay

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¿La principal atracción turística en la India en 2019? Ni el Taj Mahal ni Kerela, las chabolas de Bombay

Dos sondeos han coincidido este mes revelando lo mismo. En los premios anuales Travellers' Choice de Trip Advisor, elaborado a partir de los lugares top más relevantes en visitas y valoraciones de usuarios en la plataforma, los suburbios de Bombay se han llevado dos galardones: ser la mejor “experiencia top” según 10 reputados viajeros y también el lugar más popular de todo el turismo de la India. 

Sí, el destino turístico más valorado por la mayoría de visitantes que van al continente asiático a día de hoy no es una de las siete maravillas del mundo, sino un barrio de gente pobre.

¿Cuál es el tour premiado? Un tour para grupo reducido de personas por Dharavi, la barriada pobre de la metrópoli mundialmente conocida por servir de escenario de la oscarizada película Slumdog Millionaire. Se estima que en dos kilómetros cuadrados viven informalmente al menos 700.000 personas. Allí van a parar los deshechos de toda la capital econóica del país y la gente hace cola para utilizar los aseos públicos. He aquí un comentario para entender la fascinación del visitante por esta experiencia:

¡Informativa, increíble, te abre los ojos! El mejor tour en relación calidad-precio que hemos hecho en nuestras cuatro semanas de estancia en India. Un tour excelente, divertido y seguro. Cambió nuestra forma de ver la vida en los tugurios. Simran, nuestro guía, fue amable, servicial, un gran comunicador y una persona encantadora. Somos mayores y no nos cansamos nada durante el trayecto, y además almorzamos con una familia local. Le recomiendo que lleve a sus hijos, ya que les ayudará a comprender cuán privilegiados son. 

 

Un diagnóstico incómodo: este turismo “pobrista” (que también se da en el Shanty Town de Sudáfrica o en las favelas de Brasil) nos causa un evidente rechazo inicial, ya que es fácil reprobar a aquellos que contemplan la miseria como si se tratase de una atracción, como quien pasea por un museo. 

También tienen su razón los que responden a estos reproches, ya que muchos de estos tours, que realizan personas locales, llevan añadidos planes para recaudar fondos para los más necesitados de la zona, y los turistas que acuden dejan dinero en los pequeños negocios de la zona, dinero que de otra forma no habría ido a parar a sus manos si el extranjero se hubiese limitado a ir a algún monumento estatal o a un fiable resort.

Los turistas de la pornomiseria del siglo XIX: tampoco podemos considerar este fenómeno un signo de los tiempos. Como recogía National Geographic, el turismo de pobres está bien documentado en la historia de aristócratas ingleses y norteamericanos desde 1840, que iban a las zonas pobres, normalmente escoltados por la policía, para ver a indigentes, drogadictos y criminales, en muchos casos actores contratados para fingir tragedias que entretuviesen a los espectadores. 

En algunos casos estos tours derivaron en una mayor conciencia de los ricos y en medidas sociales que paliasen esta realidad.

El fin del "slumdog" queramos o no: Un promotor inmobiliario radicado en Dubái y apoyado por las familias reales de Emiratos Árabes Unidos obtuvo una licitación en febrero para empezar un proyecto urbanístico que creará diversos rascacielos de lujo en estas barriadas históricas, cuyas gentes viven aquí desde hace más de 100 años. Aunque los del grupo afirman que esto permitirá mejorar la vida de los residentes sin perder tejido social, la realidad es que más de la mitad de ellos serán expulsados.

Todos los pisos modernos son el mismo: la decoración AirBnb es el nuevo "pisito de la abuela"

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Todos los pisos modernos son el mismo: la decoración AirBnb es el nuevo

Las redes sociales, la globalización y la democratización de los bienes de consumo tienen la culpa de un mal que ya no tiene cura y que se ha expandido por todo el mundo: el estilo nórdico, las líneas rectas y las mesitas Kullen. Y no, no solo están presentes en nuestros pisos de alquiler, sino también los airbnbs que visitamos cuando viajamos. ¿Cómo no vas a sentirte como en casa si cuando viajas a Budapest duermes en la misma estructura de cama que en tu dormitorio habitual? 

Ikea, tus precios tienen la culpa

El gigante sueco de la decoración ha convertido la compra de muebles en un desembolso asequible para todos los bolsillos y, en líneas generales, menos doloso. Por 2.000 euros puedes amueblar toda tu casa y financiar si no puedes pagarlo al contado. ¿Problema? Si recurres a los grandes hits de Ikea, tu casa será igual que la de mucha más gente.

Precisamente por esta razón cuando entras en Airbnb a ver qué apartamento te convence más para pasar tus próximas vacaciones, te das cuenta de que la mayoría están cortados por el mismo patrón. El color blanco de las paredes, el sofá gris y las lámparas geométricas están tan presentes en Berlín como en Nueva Delhi.

Nueva Delhi Airbnb disponible en Nueva Delhi
Belin Airbnb en el centro de Berlín

Obviamente entre las fotografías anteriores vemos diferencias como el tipo de sofá o la alfombra. Pero si nos detenemos en la estructura decorativa y, tenemos en cuenta que estamos hablando de dos culturas opuestas, las similitudes son demasiadas. La fórmula sofá gris con cuadros encima, plantas a la izquierda y lámpara a la derecha demuestran que el catálogo de Ikea ha hecho más por la globalización estética que años de intercambios culturales.

Hits mobiliarios que se repiten en Airbnb

Uno de los factores que posicionaron a Airbnb como una alternativa a los hoteles y albergues residía en que, además de alojarte más barato, te permitía tomar contacto con los anfitriones locales. De esta forma, ellos te alquilaban una habitación o su segunda residencia y, a cambio, te decían cuál era el mejor establecimiento para desayunar. Sin embargo, el auge de los pisos turísticos y la posterior creación de empresas en torno a esta actividad económica, terminó (en la mayoría de los casos) con este "tú a tú" y abrió paso la profesionalización.

Y, claro, ¿qué mejor opción para amueblar barato, rápido y cuqui? Exactamente, Ikea. Hemos vuelto al punto de origen donde te das cuenta que estás ante una pescadilla que se muerde la cola. Tropiezas con la misma piedra y vuelves a ser consciente de que no hay escapatoria porque la fiebre de lo hipster lo invade todo: desde los apartamentos turísticos hasta las cafeterías de todo el mundo.

De hecho, con el objetivo de ver hasta dónde se extiende la fiebre por la decoración escandinava hemos visionado más de 20 apartamentos de diferentes ciudades del mundo para hallar los elementos que más se repiten y que casualmente son los ejemplares más económicos de Ikea.

Mesa Lack

Es probablemente la mesa de Ikea que más compran los arrendadores y gestores de apartamentos. Su reducido precio hace que lo mismo la veas como mesa de centro que como mesita de noche. Abajo dos apartamentos incluidos en la oferta de Madrid. 

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Silla Eeames

La versión de 59 euros de Ikea es tan socorrida como la pared de ladrillo visto: encuentras la misma combinación en Zaragoza que en Valencia.

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Mesita Kullen

Por 20 euros sirve para amueblar pisos de Londres y Bilbao.

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Estantería Kallax

La estantería modular más representativa de Ikea ofrece varios tamaños. Abajo dos ejemplos, uno en Murcia y otro en Bilbao.

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Mesita Kvistbro

A medio camino entre mesa auxiliar y alternativa para el almacenaje Kvistbro te soluciona ambas situaciones en el salón por tan solo 20 euros. Estos apartamentos turísticos de Madrid son la prueba de ello. 

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Mueble de televisión blanco

Aquellos muebles en los que la televisión quedaba en el medio custodiada por dos vitrinas pasaron a la historia con la llegada de las pantallas más finas. El estilo más utilizado suele pasar por una única pieza que incluye opciones de almacenaje. Los ejemplos posteriores pertenecen a dos apartamentos de Madrid y Barcelona.

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Sofá gris estilo Friheten

Tras ver decenas de apartamentos, el denominador común de los sofás se traduce en tres plazas, chaise longue y color gris. Uno de los modelos más socorridos está en Ikea y estos dos ejemplos de Barcelona y Amsterdam confirman la tendencia.

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Silla Acapulco

Este diseño anónimo se hizo conocido gracias a su presencia en el resort de lujo mexicano Pacífico Acapulco. Ahora, casi 70 años después de ser descubierto son varias marcas las que imitan la estructura de varillas metálicas colocadas concéntricamente. Su estilo vintage y minimal la convierten en otro elemento de culto de los Airbnbs, en este caso, de Barcelona.

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La fórmula que ha colonizado casas y locales

El estilo decorativo que impera actualmente en casas, cafeterías y apartamentos no nace solamente del catálogo de Ikea. Aunque el listado de productos anteriores sirva para evidenciar que compramos los mismos muebles por sistema, hay otras variables que sirven para asentar la misma tendencia.

Recursos como las paredes blancas (siempre sin gotelé), el ladrillo visto o los suelos hidráulicos han pasado de ser una moda eventual a estar en los proyectos de arquitectos y decoradores. Del mismo modo, los cuadros con mensajes optimistas o letras del abecedario, las bicis en la pared y las plantas ya no son sinónimo de originalidad, sino de inspiración de Pinterest o Instagram.

Paredes de ladrillo visto y plantas

Esta combinación es muy característica en negocios especializados en café donde mezclan el aspecto antiguo e industrial que se desprende del ladrillo con el punto natural de las plantas. 

  • PumPum Café (Madrid)

 

  • HexCoffee (Estados Unidos)

 

  • Dalston Coffe (Barcelona)

 

  • Toma Café (Madrid)

 

  • Nordico Coffe Shop (Portugal)

 

De hecho, tan evidentes son las coincidencias respecto a la decoración de los cafés de distintas partes del mundo, que desde Quartz dedicaron un vídeo y varios viajes a demostrar hasta qué punto se había asentado la estética cafetera de Brooklyn. 

Cuadros, plantas y bicicletas flotantes

Retomando de nuevo la decoración personal, otra fórmula que se repite es aquella que tiene que ver con la decoración de las paredes. Los mensajes al estilo Mr. Wonderful, los neones o los cuadros de diferentes tamaños que incluyen letras son otra práctica muy habitual.

Letra Apartamento en Barcelona

En la misma línea, la locura de decorar con plantas, utilizar lámparas sin tulipa o colgar la bici en alguna pared se impone en diferentes proporciones. Así, mientras la iluminación que llega directamente a través de un casquillo ya es algo habitual, la bicicleta como elemento decorativo se reserva solo para aquellos que no tienen paredes de pladur.

Bci Airbnb en Amsterdam
Valencia Lámpara sin tulipa en un apartamento de Valencia

Por último pero no por ello menos importante, las baldosas hidráulicas están comenzando a repetirse tanto como las estentarías modulares repletas de cajas. Lo que comenzó siendo una moda que pretendía dar un toque antiguo y afrencesado a suelos y paredes, se ha terminado por convertir en la última tendencia hipster ya asentada. Tal es la demanda que Ikea y Leroy Merlín te las ofrecen en todos los formatos y colores haciendo de este azulejo un producto mainstream más.

Azulejo Hidraulico Valencia Apartamento Valencia

El lado oscuro de la ropa "vegana": microplásticos, tejidos contaminantes y consumo rápido

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El lado oscuro de la ropa

La industria de la moda, como tantas otras, atraviesa una fase de transformación y revisión. Su impacto medioambiental, uno de los más elevados de cuantas economías mundiales existen, es objeto de hondos debates. En el camino, numerosos fabricantes han optado por promocionar sus productos bajo una etiqueta de creciente audiencia: "veganos". Prendas elaboradas con productos sintéticos o naturales en cuya fabricación no se ha utilizado a animal alguno. ¿Problema? Puede que su huella medioambiental sea, por ello, más alta.

Sustitutos. Dos de las alternativas textiles en el punto de mira: la viscosa (rayón) y el poliéster. Son muy habituales en ropajes que simulan el tacto y la textura de la seda o la lana (ambas de origen animal). Y tienen consecuencias muy perniciosas para el medio ambiente. El poliéster se fabrica a partir del petróleo, y en esencia se compone de microplásticos (causantes del grueso de la contaminación marina). La viscosa se produce de forma sintética en procedimientos muy tóxicos.

PETA, la gran asociación por los derechos de los animales, los incluye como alternativas "éticas"; y otras organizaciones y plataformas veganas también.

Modelos. ¿Por qué? Hace algunos años, la periodista especializada Alden Wicker lo explicaba con toda clase de detalles en Craftmanship:

Para fabricar rayón, debes cultivar un gran número de árboles o bambú, fragmentarlos y batirlos en pequeñas piezas, disolver los pedazos de madera en disulfuro de carbono, y enviar las cubas del material viscoso a una fábrica para cardarlas en fibras semi-sintéticas. Los trabajadores expuestos a los humos emitidos durante el proceso pueden sufrir daños mentales, daños a su sistema nervioso y un alto riesgo de enfermedades cardiovasculares o infartos. Fábricas en China, Indonesia o la India vierten los residuos directamente a cauces de agua, provocando que ecosistemas antaño vibrantes mueran.

La fabricación de viscosa o poliéster permite producir prendas "veganas" que no dañan o no se valen de mamíferos peludos con los que empatizamos fácilmente. Pero sus consecuencias medioambientales y sociales, más indirectas, no tienen nada de sostenible. Gran parte de las marcas que han abrazado la sostenibilidad, como H&M o Adidas, fabrican piezas sintéticas veganas cuya durabilidad y resistencia es breve. Es decir, forman parte del mismo ciclo fast fashion.

¿Por qué? Para muchos veganos o consumidores comprometidos, los métodos de fabricación tradicionales de seda, cuero o lana son inaceptables. Para la primera, por ejemplo, se hierven miles de larvas de mariposa (bombyx mori, especie domesticada hace siglos). La producción industrial de lana, en ocasiones, implica un tratamiento cruel del ganado. Similares argumentos se vierten en contra del cuero o de la piel: en su creación, son numerosos los animales que sufren

Soluciones. Son reparos legítimos, y no todas las alternativas son tóxicas o contaminantes. Numerosas firmas (a menudo pequeñas y artesanales) han desarrollado tejidos naturales ajenos a la explotación animal. El algodón orgánico, el lino, la seda de araña (artificial u orgánica), el cupro (una seda producida a partir del algodón), la seda ahimsa (que no mata a los gusanos, sino que reutiliza sus crisálidas), el cuero de piña, las fibras de naranja o el cáñamo tienen pocas externalidades negativas.

Sus problemas son otros: requieren de procesos muy lentos o costosos, poco adecuados para el consumo accesible y universal.

Tendencia. La etiqueta "vegana", al igual que la etiqueta "artesanal" o "sostenible", se ha convertido en un atributo cotizado gracias a una nueva sensibilidad entre los consumidores. Hoy queremos comprar productos éticos (que nos definan), aunque se trate de una identificación superficial. Disociar un producto del maltrato animal es sencillo; ahondar en el impacto medioambiental o social de tejidos sintéticos que los sustituyen no tanto. Un campo fértil para la publicidad engañosa.

Difícil. El fenómeno ilustra las numerosas complejidades del consumo "ético". El impacto de muchos tejidos tradicionales (como la seda en China o la piel entre las tribus laponas) es bajo, al formar parte de ecosistemas circulares donde todo se reutiliza (ya sea como abono o, como en el caso de los gusanos de seda, como alimento). Muchas comunidades dependen de la explotación animal para sobrevivir, y el uso de lana, seda o cuero forma parte de sus usos históricos

En cualquier caso, no es un fenómeno aislado. Sus contradicciones son similares al consumo sostenible en alimentación o movilidad. 

La era del ratán, la decoración repleta de mimbre y aires coloniales que está por todas partes

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La era del ratán, la decoración repleta de mimbre y aires coloniales que está por todas partes

Sillas y lámparas de mimbre, obsesión viajera, culto a lo vintage y materiales naturales. Es el nuevo estilo decorativo que inunda Instagram o Pinterest, y tiene un nombre: ratán. Antes de colonizar el catálogo de Ikea, la tendencia tuvo un papel relevante en el movimiento nacionalista negro de Estados Unidos, y ahora regresa a los escaparates y a las redes sociales en forma de moda inevitable, similar a lo que sucedió en su momento con el estilo nórdico

¿Qué es? El ratán es un material de origen vegetal que proviene de una palmera trepadora habitual de países como China, India, Filipinas, Indonesia y la zona del África Occidental. La longitud de sus varas (alcanza hasta 180 metros), su resistencia y ligereza lo convirtieron en una materia prima a tener en cuenta en la fabricación de muebles. A principios del siglo XX, comenzaron a utilizarse las varas de ratán para fabricar las mesas y sillas en las que hoy se inspira Ikea.

La tendencia. Según cuenta la interiorista Justina Blackeney en este artículo de Vox, el ratán fue una tendencia decorativa que pegó muy fuerte entre los 50 y los 60, tal fue su penetración que han tenido que pasar varias décadas para que el espíritu vintage de algunos jóvenes lo haya ayudado a resucitar. Junto a la atracción por lo antiguo, otra de las razones por las que el ratán ha comenzado a ganar espacio son las plantas. 

La moda de llenar de vegetación espacios como los salones ha impulsado la introducción de esta estética más asociada hace unos años a jardines y terrazas. Ahora, las mesas de ratán y las lámparas de bambú o mimbre no solo están presentes en nuestros dormitorios sino que dan ese punto de decoración sostenible y calmada que transmiten los jardines cuando estamos de vacaciones. De hecho, según el libro The New Bohemians Handbook el objetivo de este material es ese: hacerte sentir tan relajado como cuando estás de viaje.

Obsesión millennial.  La democratización de los viajes gracias a los billetes low cost, su retransmisión en redes sociales y la globalización en general han provocado que todos los apartamentos estén cortados por el mismo patrón. El auge de los influencers y su estilo de vida ha propiciado también que las tendencias decorativas pasen rápidamente de corrientes artísticas aisladas a ideas de negocio potencialmente explotables. Y esto es lo que ha pasado con el ratán. 

Y es precisamente debido al auge de este tipo de productos en las redes, por lo que podemos vincular el ratán con las corrientes de decoración actuales. Si buscas en Instagram #rattan aparecen más de 42.000 publicaciones sobre esta tendencia. Al igual que las redes sociales tienen la capacidad de disparar la venta de flotadores gigantes en Aliexpress, con las tendencias de decoración sucede un efecto contagio similar.

 

Nicho de mercado. Gigantes de la producción de muebles como Ikea, Target o Leroy Merlin llevan un par de años impulsando la moda del ratán, el mimbre y otros sucedáneos en sus catálogos. La idea de negocio nace de la oportunidad de mercado de vender una lámpara cortada imagen y semejanza de las que se han puesto de moda en Pinterest por 59€. A pesar de que la cadena sueca es una férrea defensora del estilo escandinavo, poco a poco va introduciendo elementos más alejados, pero aún dentro de las propuestas de valor de la compañía.

El trono de Black Panther. A pesar de que los muebles de ratán se remontan en torno al año 1600, no fue hasta principios del siglo XX cuando no se popularizaron y empezaron a comercializarse. Uno de los primeros éxitos fabricados en este material fue la silla pavo real, elaborada por los prisioneros de una cárcel Manila en Filipinas.

Smithsonian/Marvel

Las sillas se enviaron a Estados Unidos donde comenzaron a venderse en la exposición internacional de Panamá y a popularizarse entre las casas de celebrities como Elizabeth Taylor. Tal fue la fiebre por este modelo, que formó parte del atrezzo de la película La Familia Adams y, posteriormente, protagonizó la propaganda política de los Panteras Negras. De hecho, fue la apropiación cultural de Huey Newton (líder del partido) lo que inspiró el trono que luce  T’Challa’ el protagonista de la saga Marvel que lleva el nombre del movimiento nacionalista. 

A futuro. A pesar de que la tendencia del ratán venga de tan atrás, su punto más álgido desde su regreso en 2015 es el momento presente. El mero hecho de que Ikea haga suyos los diseños a partir de este material lo convierte en algo mainstream. A juzgar por los adelantos de la colección 2020 de los suecos, parece que la fiebre por el ratán no remitirá este año. Según Blakeney, eso sí, el ratán representa la transición necesaria entre el minimalismo de los últimos 15 años y las corrientes maximalistas que volverán de nuevo.


El fin del topless: ha desaparecido de las playas frente a la reivindicación nudista de Instagram

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El fin del topless: ha desaparecido de las playas frente a la reivindicación nudista de Instagram

El topless es una tendencia a la baja. Lo que en los años 60 y 70 se consideraba un movimiento liberador para las mujeres, hoy es rechazado por las generaciones más jóvenes. Mientras en Instagram se busca normalizar el busto al descubierto a través del movimiento #freethenipple, la playa está dejando de entenderse como el espacio donde reivindicarlo.

Francia. Hoy sólo hacen topless el 19% de las francesas, mientras que en 1984 lo practicaba el 43%. Hace tres décadas hacer topless era una tendencia muy habitual, reivindicada por iconos como Brigitte Bardot, a quien hoy solo siguen las mujeres de 50 y 60 años. Según refleja el último estudio de Ifop, la caída del topless es constante: en tan solo tres años han pasado de practicarlo el 29% de las francesas a tan sólo el 19%.

Pero esto no es algo novedoso, sino algo que se viene observando desde el 2010 en adelante. En 2009, este artículo de la BBC ya advertía del cambio de tendencia y alegaba que el nuevo patrón de comportamiento se debía a que las mujeres jóvenes asociaban cada vez menos el topless a la vieja lucha feminista.

Giro Generacional. Según el mismo estudio de Ifop, son las menores de 25 años quienes más incómodas se sienten tomando el sol a busto descubierto. ¿Razón? No quieren sentirse observadas por los hombres que puedan mirarlas de forma "maliciosa", de ahí que un 51% de las encuestadas jóvenes tenga miedo a ser atacada. Es decir, en pleno movimiento #MeToo, donde las mujeres denuncian las prácticas abusivas que viven o han vivido a manos de hombres, una parte teme mostrar su cuerpo en según qué espacios.

España sigue a la cabeza. A diferencia de Francia, el topless no es una tendencia que vaya a menos entre las mujeres españolas. España lidera las playas europeas con un 48% de mujeres tomando el sol aún de esta forma, mientras que el resto de los países del viejo continente imitan la tendencia francesa. Alemania pasó de un 41% en 2016 a un 34% actual; Reino Unido de un 26% a un 19%; e Italia de un 20% a un 15%. España en los últimos tres años solo bajó un punto.

Por su parte, en países como Estados Unidos tan solo el 11% de las mujeres reconocen haber hecho topless en los últimos años. Sin embargo, su comportamiento responde más a una cuestión legislativa que de voluntad: el 30% de los estados tienen leyes muy ambiguas al respecto, y en un 3% de ellos es ilegal. Pese a ello, según este artículo de a revista Time, "hay cierto grado de libertad" a la hora de hacer topless, aunque la decisión final recaiga en las autoridades. 

Control. Al hilo del uso de las redes sociales, este informe de la Universidad de Washington DC habla de cómo las nuevas generaciones se han vuelto más recelosas con la esfera privada. Es decir, a pesar de que comparten su vida en redes, son ellos quienes deciden qué contenido suben y, sobre todo, a quién se lo muestran. El mismo estudio revela que prefieren el contenido de duración limitada como las stories de Instagram a las fotografías que permancen en la feed.

Por eso, una de las razones que ha hecho que el topless haya caído es la opinión que tienen las generaciones más jóvenes sobre la práctica. La académica y escritora Janine Mossuz-Lavau lo asocia a un cambio de significado: mientras para las mujeres de los 60 y 70 era una muestra de lucha contra el patriarcado, las mujeres menores de 25 años no sienten que mostrar sus pechos en la playa sea algo "liberador".

Instagram.  Parte de las protestas feministas actuales buscan terminar con las connotaciones sexuales asociadas exclusivamente al cuerpo de la mujer. Y la respuesta a la censura del pezón femenino en Instagram es una batalla más enmarcada dentro de la misma lucha. El hashtag #freethenipple busca que el pecho de la mujer pueda ser percibido en Instagram como una elemento más del cuerpo humano y no como algo con carácter sexualizador.  

Diferentes protestas. Parte de la esencia liberadora que las mujeres del siglo XX mostraban en las playas haciendo topless continúa hoy presente en el entorno digital o en las manifestaciones a pie de calle. Si en los '60 Brigitte Bardott mostraba su pecho para demostrar su empoderamiento, en 2019 Miley Cyrus denuncia la censura de Instagram con semidesnudos en su feed y las jóvenes puertoriqueñas salen a la calle a pecho descubierto para reivindicar la dimisión de un presidente machista a través de sus cuerpos.

El objetivo continúa siendo el mismo, lo único que cambia es el canal principal a través del que se hace: antes las reivindicaciones tomaban forma sí o sí en el espacio público y ahora el discurso principal se mueve en redes sociales.

Imagen: Alejandro Juarez /Pexels

Disney World está lleno de treintañeros sin hijos y la culpa la tiene la nostalgia, Marvel y Star Wars

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Disney World está lleno de treintañeros sin hijos y la culpa la tiene la nostalgia, Marvel y Star Wars

Los remakes, las películas del universo Marvel y la saga Star Wars han convertido los parques temáticos de Disney en un lugar de peregrinaje más que apto para adultos. Mientras hace unos años asociábamos este tipo de espacios al ocio infantil, ahora, la cultura de la nostalgia extiende la edad socialmente aceptada a más allá de la treintena.

El detonante. Una madre americana cuyo nombre no se ha hecho público ha cargado contra los millennials en su muro de Facebook. ¿La razón? Le molesta la presencia de los adultos en Disney World. Concretamente, le molestan los millennials "inmaduros" y "sin hijos" que acuden al parque a consumir "mierdas inservibles" tales como el último pretzel que quería su hijo. 

El desahogo en redes sociales de esta madre deja una cosa clara: no todo el mundo está a favor del marketing de la nostalgia que promueve la compañía de animación desde hace más de cinco años. Sin embargo, esta anécdota ha servido para poner sobre la mesa un nuevo debate: ¿debe vetar Disney la entrada a los adultos que acuden sin niños?

Disney quiere a los millennials. Disney activó la máquina de producir remakes como churros hace 5 años con el estreno de Maléfica y, desde entonces, no ha parado de hacerlo. A la versión en acción real de La Bella Durmiente le siguieron la Alicia en el país de las Maravillas de Tim Burton o La Bella y la Bestia protagonizada por Emma Watson. 

El éxito de estos títulos en taquilla dio a Disney una información muy poderosa: los niños de los 90 querían volver a ver las películas de su infancia desde otro punto de vista. La generación que creció con títulos como Hércules o Mulán hoy tiene entre 25 y 35 años, trabaja e invierte en ocio como Disneyland, entre otras cosas, porque Disney sigue creando contenido para ellos.

15 millones. Esta es la cantidad de visitas que, como mínimo, debe recibir Disneyland Paris para ser rentable. El parque europeo trae de cabeza a inversores y dirección porque no levanta cabeza desde 2008, el último año en el que los beneficios fueron una buena noticia. La tendencia a la baja a la hora de tener hijos es una de las razones por las que Disney está recibiendo menos visitas. Para hacernos una idea, mientras en 1992 España tenía una tasa de natalidad del 10,13%, 2018 se cerró con un 7,86%. Y por esto, la compañía tiene un gran incentivo en seguir hablando a la misma generación que hace XX años, con la diferencia de que ahora son adultos.

Doble target. La compañía de animación ha dedicado la última década a comprar a golpe de talonario las franquicias más poderosas del entretenimiento audiovisual contemporáneo. Tras adquirir Pixar, llegó Marvel, después Star Wars y, por último, Fox. En esta nueva fotografía, los objetivos de Disney cambian respecto a su trayectoria anterior: su público objetivo ya no son solamente los niños, sino también los adolescentes y los adultos. Ahora, no todos los visitantes de los parques van a ver Mickey Mouse, hay quienes peregrinan a París por Darth Vader o por Capitana Marvel.

La diversificación es rentable. Que Disney haya abierto su cuota de mercado e introduzca contenido dirigido a un público más amplio, solo le beneficia y la taquilla de los últimos títulos solo lo confirma. Capitana Marvel consiguió 1,128 miles de millones de euros y Aladdin 346 millones de dólares. Por otro lado, Frozen continúa siendo la película más vista de la historia de la animación y Toy Story 4 ha acumulado hasta la fecha 397 millones de euros. Frente a los éxitos de remakes, universo Marvel y marketing de nostalgia, Ralph rompe internet, una de las últimas historias originales que Disney lanzó este año, cerró la taquilla con 201 millones de euros. Las cifras parecen dar la razón a la estrategia de la compañía y no tanto a la madre enfadada: a Disney lo financian los niños del ayer, Star Wars y Marvel.

El alcohol ya no mola: el movimiento "Sober Curious" está convirtiendo a los abstemios en tendencia

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El alcohol ya no mola: el movimiento

Pese a sus perniciosos efectos en la salud, tanto a corto como a largo plazo, el alcohol sigue siendo una de las sustancias más consumidas a lo largo y ancho del planeta. ¿Por qué? Como hemos visto en alguna ocasión, por su función social: la cerveza, el vino o los cocktails son lubricantes sociales, un pegamento que permite entablar relaciones, desarrollar amistades e introducirse en nuevos círculos. Sin embargo, un nuevo movimiento/tendencia cotiza al alza en los países anglosajones: los "sober curious", los sobrios que hacen gala de su condición.

Masivo. Estados Unidos marca la pauta: en Denver, Los Angeles o Nueva York están proliferando los espacios donde el alcohol es un producto proscrito. Bares dedicados a bebidas imaginativas y fantasiosas sin una pizca de vodka o whisky, y clubes sociales abiertamente abstemios. La idea del movimiento es muy sencilla: hacer de la sobriedad un atractivo, una tendencia aglutinante, derrumbar la dictadura del alcohol como pegamento colectivo. Que no beber sea trendy. Una idea en cierto sentido revolucionaria.

Ideóloga. El movimiento lleva rondando los medios de comunicación desde finales del año pasado, cuando Ruby Warrington, crítica cultural estadounidense, publica Sober Curious, un monográfico dedicado a la existencia de espaldas al alcohol. En su libro, Warrington llama a dejar de beber por defecto ("on autopilot"), y abrazar en su lugar el bienestar físico, la claridad de ideas y la certidumbre emocional que rodea a los abstemios. ¿Hay una fiesta inaugural? No bebas, no importa lo que ordene la presión social. ¿Cumpleaños en casa de tus amigos? No. Bebas.

¿Su impacto? Elevado. Cuando algo llega a Sillicon Valley es que ha permeado.

Bares y clubes. Warrington es fundadora de Club Söda NYC, un circuito de charlas y coloquios que analiza críticamente el protagonismo del alcohol en nuestras relaciones sociales, y explora vías alternativas. Conferencias como "Psicodelia y Sobriedad" dominan una escena cada vez más viva. Bares hip de Brooklyn, como Listen o Getaway, han pasado de ser rarezas a centros de reunión vanguardista; influencers como Lee Tilghman o Jordan Younger han salido del armario sobrio; e iniciativas como SoberGirlSociety, Club Soda o SoberNation difunden en la red historias de abstemios felices, en una suerte de proselitismo del bienestar.

Wellness. La idea es muy sencilla: hacer que no beber mole. Se trata de un movimiento que encaja bien en la tendencia wellness, o lo que es lo mismo, la apología de los cuidados (propios y ajenos) y la búsqueda del bienestar personal (a través de la salud mental, la dieta saludable, las actividades de ocio positivas y un largo etcétera). Warrington, de hecho, abunda en esta idea: ¿para qué bebes leche de almendras, comes quinoa y vas al psicólogo si por la noche vas a terminar terminando una botella de vino?

Números. Tiene sentido que los "sober curious" surjan ahora y no hace quince años. La generación millennial ha dado la espalda al alcohol (al menos en los países anglosajones, en España es otra historia): los jóvenes de hoy consumen un 30% menos de bebidas alcohólicas que hace treinta años, y hoy un 20% de los jóvenes norteamericanos ya son abstemios. Es una Nueva Sobriedad, una desligada al abuso y a la adicción: dejar de beber no porque hayas llegado muy lejos en el alcoholismo y no puedas controlarlo, sino porque es más sano.

¿Y lo es? Sí, esto es indudable. Sabemos a ciencia cierta que el consumo de alcohol, incluso en pequeñas dosis esporádicas, tiene efectos negativos en nuestra salud tanto a corto como a largo plazo. Cada vez que nos servimos una cerveza tomamos una decisión que acorta nuestra esperanza de vida. Es obligatorio remarcarlo: no existe la "copita de vino al día buena para el corazón". Es un mito alimentado por la industria. Ahora bien, tiene un rol social: el alcohol desinhibe, nos vuelve más abiertos y extrovertidos, y refuerza los lazos con nuestro entorno cercano. 

En gran medida, los "sober curious" buscan acabar con esta asociación. Sustituir el alcohol como pegamento social. Hacer amigos bebiendo batidos y cocktails soft, mientras mejoramos nuestra salud. De momento está ganando peso en EEUU. En la Europa mediterránea, donde el alcohol es una institución social, y en la septentrional, donde se consume a espuertas, es otra historia.

Imagen: Kevin Curtis/AP

¿Hacia un futuro sin funerales? Los entierros sin ceremonia se están popularizando en toda Europa

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¿Hacia un futuro sin funerales? Los entierros sin ceremonia se están popularizando en toda Europa

Desde los albores de la civilización, los ritos mortuorios han permitido a los seres humanos despedirse de sus seres queridos en una coreografía controlada de espiritualidad y rito colectivo. Los funerales sirven a un último adiós y ejercen de punto determinante en el duelo. Sin embargo, están de capa caída. Muchos países europeos han observado cómo sus ciudadanos están abandonando las tradicionales ceremonias de despido. Los funerales, al compás de la secularización en todo el continente, atraviesan una fase de crisis y una incipiente decadencia, manifestada en el creciente volumen de entierros sin ceremonia alguna.

¿Dónde? El ejemplo más evidente es Suecia. Según cuenta la prensa local, los entierros sin ceremonia civil o religiosa se han disparado durante los últimos años, pasando del 2% de los decesos al 8%. En las regiones más tradicionales del sur el porcentaje es menor (en torno al 5%), pero en las grandes ciudades y en regiones como Dalarna su volumen supera el 10%. Los fallecidos pasan del hospital directamente al crematorio, y en muchas ocasiones sus cenizas son esparcidas en cementerios anónimos sin presencia de sus familiares. Es la muerte inconsecuente, una transformación de nuestra relación con el hecho final.

¿Por qué? Como explica una investigadora en The Conversation, la caída de los rituales funerarios está íntimamente relacionada con la secularización del país. Suecia es hoy uno de los países menos religiosos de Europa. La fe se ha desvanecido entre las nuevas generaciones y tiene un rol menos importante a la hora de explicar las inquietudes y las preferencias de los ciudadanos suecos. Los tradicionales funerales tienen un alto componente cristiano, y han dejado de resultar atractivos para muchas personas. Rituales más íntimos, anclados a los entornos naturales y relacionados con los deseos del fallecido han ocupado su lugar.

Generalizado. Tiene sentido. Los europeos hoy bautizamos menos a nuestros hijos, contraemos matrimonio en rituales con menor carga religiosa y nos relacionamos con la muerte de un modo distinto a la tradicional cosmovisión cristiana. La religión ha dejado de formar parte de nuestra identidad nacional, y su número de seguidores se ha desplomado entre los más jóvenes. En su lugar, el continente ha abrazado ritos de paso distintos. Bodas naturales sin componente religioso, obituarios sin cruces, bautizos seculares y un largo etcétera. Ceremonias de carácter social, más íntimo, más individual.

Es una consecuencia directa de nuestro desapego religioso e irá a más. En países como Islandia, Reino Unido o Estonia el número de ateos menores de 26 años ronda el 90%.

El futuro. ¿Qué haremos con nuestros muertos en el futuro? En Suecia, gran parte de la ausencia de funerales no deriva tanto de la pérdida de fe como de los desencuentros entre familiares o de los deseos expresos de los fallecidos (que no quieren cargar con la pesada carga económica que implica el entierro, de hasta 3.000€ en España). También hay un componente solitario: Suecia acumula el mayor número de personas viviendo en soledad en el mundo, y, como sabemos, tendemos a perder nuestros vínculos familiares o sociales conforme envejecemos. En la tendencia hay tanto de tendencia cultural como de estructura económica.

Europa. El caso sueco es particular. No todos los países reúnen sus características ni todos cuentan la estadística de muertes sin entierro (Reino Unido ha empezado a hacerlo y también ha registrado un aumento). España, por ejemplo, es un país con mayor raigambre religiosa, y gran parte de los fallecidos cuentan con seguros de decesos que permiten costear la ceremonia (aunque esto está cambiando). Pero hay tendencias al alza: las cremaciones podrían superar el 70% de los ritos en diez años, e iniciativas como transformar tus restos en compost o abonar un pequeño árbol para los familiares están ganando cierta atención.

La resistencia de lo físico: las ventas de libros y vinilos gozan de una feliz segunda juventud

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La resistencia de lo físico: las ventas de libros y vinilos gozan de una feliz segunda juventud

El advenimiento de la era digital voló por los aires los cimientos de la industria cultural. En un plazo de diez años, la clave de bóveda del negocio discográfico o editorial se vino abajo, fruto no sólo de las descargas y las redes compartidas, sino de una transformación en los usos y costumbres del consumidor. Lo físico, o al menos así lo parecía, estaba avocado al fracaso. Los discos no tenían mayor recorrido que las copias digitales o el streaming. Los aparatosos libros de tapa dura o blanda tendrían poco que hacer frente al surgimiento de los e-book y a la comodidad de transportar doscientos títulos en un ligero aparatito.

A las puertas de la tercera década del siglo, las cosas no son tan sencillas.

Resistencia. Es la palabra que mejor define la obstinación de dos objetos en su día condenados a la obsolescencia: el libro físico y el vinilo. La evolución del segundo es la más llamativa. Relegado al baúl de los recuerdos tras la introducción del casete y del CD, el vinilo pasa hoy por un objeto fetichista, por el ansiado deseo de coleccionistas de toda condición. Así las cosas, sus ventas van a superar a las del CD (que aunque parezca mentira aún se vende) por primera vez en treinta y tres años. Desde 1982 su sino había sido el olvido. Durante la última década, su cuota de mercado ha crecido entre el 18% de 2016 y 2017 al 131% de 2011 y 2012. El año pasado, un 12,9%.

Tapa dura. El caso de los libros físicos es aún más ilustrativo. En EEUU han crecido durante el último lustro, elevando sus ventas a los $696 millones en 2018 (un 1,3% al alza respecto al curso anterior). En el mismo periodo el e-book ha reducido su mercado un 3%. Las cifras son igualmente positivas para las librerías: en Reino Unido Nielsen BookScan registró un crecimiento de $28 millones (2017), mientras las tiendas independientes aumentaron sus ventas por encima del 35% entre 2009 y 2015. Entre 2013 y 2018 la distribución de libros físicos aumentó año a año, mientras los digitales cayeron por debajo de sus registros de 2014.

En España, el e-book representa hoy un rincón exiguo del mercado, el 5,1%, y tras un desplome sostenido entre 2008 y 2012, la industria nacional ha recuperado el aliento año a año.

Matices. ¿Cómo de relevante es la tendencia? Lo sabremos dentro de unos años. No todas las señales son igual de optimistas. En 2019, por ejemplo, la industria editorial británica registraba un descenso de ventas de libros físicos del 5,4%. Era la primera vez en cinco años que su cuota de mercado decrecía. La responsabilidad en este caso no recae sobre el e-book, sino sobre el audiolibro: sus ventas en Reino Unido han crecido un 43% en un abrir y cerrar de ojos, mientras que en Estados Unidos se han disparado al 25% interanual. A día de hoy, la principal amenaza para el libro físico, ese tótem, no viene tanto del e-book como del audio.

¿Por qué? Un reportaje de Vox trataba de ofrecer respuestas a la sorprendente resistencia del libro. La principal: al pasar conectados a nuestros teléfonos la mayor parte del día, el libro físico ha pasado a representar un santuario de paz y tranquilidad, un espacio en el que desconectar de nuestro trabajo, del trajín de las redes sociales y de un tiempo vital más acelerado. El movimiento #bookstagram también ha contribuido. El libro físico sigue reteniendo su estatus cultural, su culto y prestigio. Además, es fácil fotografiar una portada bonita y subirla a IG, pero no tanto hacer lo propio con un Kindle.

Tanto el libro como el vinilo siguen asociados a la experiencia, un valor al alza.

Problemas. A la tendencia le caben peros. Son muy evidentes en el caso de la industria discográfica: en EEUU, el vinilo representa hoy un volumen de negocio de unos $224 millones, mientras el streaming supera los $4.000 millones. La tendencia durante las dos últimas décadas ha sido muy clara, y el porcentaje de ingresos obtenido a través de copias físicas se ha hundido. El 80% de sus ganancias proviene hoy de los dispositivos móviles, y el vinilo, pese a su pequeño renacimiento, ha obtenido un pequeño hueco mercantil gracias a la cultura de la nostalgia y a cierto apego por el coleccionismo. A largo plazo el futuro de la industria está en lo digital.

El libro aguantará mejor. Como explicaron nuestros compañeros de Xataka, en 2018 el 50% de los ingresos de la industria del entretenimiento ya provinieron del entorno digital, y las perspectivas a medio plazo son de paulatino crecimiento del e-book y el audiolibro (en esencia, digital). Otros sectores impresos han corrido peor suerte: tanto en España como en otros países, como Reino Unido, las revistas se han hundido por completo (entre un 24% y un 32% en función del título).

Imagen: Rumman Amin/Unsplash

Casas sin cocina: hacia un futuro donde nadie cocine porque será más barato comprar la cena

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Casas sin cocina: hacia un futuro donde nadie cocine porque será más barato comprar la cena

Bucear en los portales de alquiler de vivienda es percatarse de un cambio de ciclo. Ya estés buscando piso en Madrid, Barcelona o cualquier otra gran ciudad es lo más habitual ver como toda casa con obra más o menos reciente ha prescindido de la cocina como una habitación propia, como la que traían las viviendas de nuestros padres y abuelos. 

"La cocina ha dejado de ser un espacio operativo para convertirse en un espacio social", dicen los expertos explicando el boom de la cocina americana como elemento más integrado dentro del salón. Ahora hay quien dice que este módulo, sus fogones, hornos y fregaderos, sencillamente podría desaparecer.

La cocina menguante

Ikeaaa Catálogo de 2018 de IKEA.

Según un estudio de la consultora Knight Frank de 2016, si antes primaba la búsqueda de viviendas de tres habitaciones, ahora se demandan hogares con sólo una o dos. Paralelamente los arquitectos de algunos portales online aseguran que casi el 50% de sus nuevos clientes eligieron que la cocina se incorporase al salón para añadirle metros a esta estancia (otras novedades: ahora queremos baños más grandes, donde hacer mejores rituales de cuidado personal, y también más vestidores).

Según un informe del grupo de reguladores de construcciones británico LABC, si la casa promedio en los años 70 pasaba los 70 metros cuadrados, en 2018 se ha reducido a menos de 55. La estancia que más ha visto mermado su tamaño es el salón, casi ocho metros cuadrados menos, y de ahí que los nuevos planos hayan ido contemplando como una solución inteligente la incorporación de la cocina a este espacio. El informe concluye que el espacio dedicado a la preparación de la comida encontró su máximo apogeo en los años 60, y que ahora es un 13% más pequeño en las nuevas viviendas construidas

En otro documento titulado “¿El fin de las cocinas?” LABC pronostica que para 2030 podría darse un escenario en el que un porcentaje nada desdeñable de población urbana optase por que la mayoría de sus comidas provenga de pedidos online de restaurantes locales, o incluso de grandes cantinas especializadas en entregas de catering diario. También prevén que muchos edificios vayan añadiendo servicios de cocinas comunitarias a sus instalaciones, sacándolas del diseño habitacional.

¿Por qué cocinar? O nuestra relación con los alimentos en el siglo XXI

Casaikea002 3debba84 1200x676 Catálogo de 2018 de IKEA.

La arquitecta barcelonesa Anna Puigjaner Kitchenless recibió recientemente un premio de la Universidad de Harvard por sus estudios sobre nuevos modelos de convivencia, concretamente por su proyecto Kitchenless, donde investigó los diferentes bloques de viviendas con cocina común o algún otro tipo de espacio compartido por los habitantes. Se ve que hay interés en el tema. Volviendo con el debate: Puigjaner recuerda en las entrevistas que “en el siglo XIX no se consideraba higiénico que la cocina estuviera dentro de la vivienda”, mientras que era más habitual la existencia de cocineros comunales que ayudaban a preparar comida para grupos más grandes. 

La cocina en el hogar surgió en parte como símbolo de estatus, al ser la demostración de que un individuo (la mujer) de la unidad familiar podía dedicar su tiempo y su trabajo a este menester. Puigjaner también responsabiliza a la Guerra Fría de la eclosión de la cocina: se fomentó el consumo individual frente al colectivo, con más compras para útiles y herramientas que, aunque podrían ser usados por grupos más grandes de personas, se prefería individualizar. También se desarrollaron electrodomésticos que ocupaban un espacio considerable, y de ahí la necesidad de cocinas más grandes.

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Pero desde finales del siglo XX y principios del XXI la realidad ya no es esa. La incorporación de la mujer al trabajo, el reparto de las tareas, la proliferación de formas de vida alternativa… El modelo unifamiliar, la casa, los hijos y el coche, ya no son el estándar. Sólo en España uno de cada cuatro hogares es unipersonal. Y resulta que cocinar no es una prioridad para muchas personas.

Según datos del Observatorio Sectorial DBK de Informa, "el servicio de comida a domicilio o delivery ha impulsado el crecimiento del 6% del mercado de la comida rápida en España en 2016 hasta alcanzar unas ventas de 3.135 millones de euros”. Según las encuestas a los consumidores de esas mismas fechas en Estados Unidos, el 45% de los ciudadanos come fuera de cada o pide comida a domicilio “al menos una vez a la semana”, si no más. Según NPD Group, el crecimiento del mercado será de al menos un 20% en la próxima década.

Y el que cocina, lo hace ayudado. Millones de americanos se han rendido ya a los encantos de los kits de comida, un negocio en auge entre las Big Tech y que ofrece un servicio semanal de alimentos (altamente personalizables) que te entrega un pack con todos los ingredientes para hacer una única comida, de forma que no hace falta ir a la tienda o pensar en recetas. Como deducimos, esto está a menos de un punto de distancia del catering que pronosticaban los británicos. 

Todo ello es lógico en el sistema actual. Toda faceta de trabajo, y la cocina diaria en muchos casos lo es, se ha trasladado como actividad laboral. En 1965 las mujeres pasaban dos horas al día a los fuegos. Hoy es algo menos de una hora. Y aunque los hombres han hecho bastante por romper la brecha, ni de lejos emplean el mismo tiempo. Apenas dedican, de media, veinte minutos

Y como no se puede vivir permanentemente de sándwiches, alguien tiene que estar preparando de vez en cuando los platos contundentes: los takeaways. Ahí es donde entra el factor económico. La comida fuera del hogar sigue siendo entre tres y cinco veces más cara que la que nos preparamos nosotros. Es decir, aún no sale a cuenta, pero el informe “¿El fin de las cocinas?” vaticina que "el costo total de producción de una comida preparada y entregada profesionalmente podría acercarse al costo de la comida casera o superarla cuando se tiene en cuenta el tiempo". 

Kitchen 2565105 1920 Pixabay.

La "economía del bolo" está abaratando la mano de obra, y hay al menos un fenómeno actual que apoya esta visión semi distópica, las conocidas como "dark kitchens" de Deliveroo, Uber Eats y similares. Restaurantes tapadera creados ex profeso para la plataforma, ubicados en páramos industriales (abaratando costes de instalaciones) que preparan los alimentos sólo para los clientes online. Son las cocinas comunales imaginadas. Además, si a día de hoy la comida supone el 12% de los ingresos del individuo medio, habrá muchos a quienes no les importe pagar un poco más, incluso el doble por ahorrarse el tiempo de comida.

Aunque esa adhesión a los preparados también tiene sus riegos, y según estudios ambientales, los que viven o trabajan cerca de cadenas de comida "tienen casi el doble de probabilidades de acabar siendo obesos".

Si Le Corbusier hablaba del diseño de “máquinas para habitar”, de habitáculos útiles y racionales en la era de las masas, está claro que en las sociedades actuales necesitan “máquinas” distintas. Más atomizadas, por la libertad social adquirida que está trastocando los modelos de convivencia y hacen que vivir solo sea de lo más habitual. Más pequeñas, porque la economía post industrial está derivando en un creciente encarecimiento del precio de la vivienda

El espacio vuelve a ser un lujo, de ahí que, si bien es posible que la cocina no desaparezca, sí se convierta más que nunca en una estancia aspiracional. Casa con cientos de metros. Con vistas a la Gran Vía. Y con cocina.

"Sólo diré que me he borrado Tinder": los mejores comentarios en Amazon al milagroso Satisfyer

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Odas públicas, decálogos de adictas, furor comercial e incluso la entrada en el lenguaje coloquial: los planes de peli y mantita han quedado sustituidos por los de sofá y Satisfyer. La fábrica alemana de succionadores de clítoris ha entrado en el olimpo de las marcas, convirtiendo al Satisfyer Pro 2 Vibration en el producto ubicuo de la temporada y candidato mayor a regalo más socorrido de las próximas navidades.

Además, y dada su alegre función, el descubrimiento sensorial que hace cada mujer al probarlo está despertando también en muchas de ellas su faceta más poética. Los comentarios en las entradas de Amazon de estos juguetes se han convertido en un cheque en blanco a rellenar con literatura, y casi siempre entusiasta, ya que es raro encontrar a clientas descontentas.

Ya sea por haber ayudado a despertar la faceta multiorgásmica de la receptora o bien por haberse alzado como solución a infructuosas búsquedas de compañías amorosas, parece que todas tienen al menos un motivo para amar el Satisfyer. Así lo cuentan las protagonistas.

Olvídate de las citas

ads La opinión de Ariadna es la más votada de las reviews en español. Por algo será.

O de la droga

sd Pengüin, la versión más ligera y portátil del juguete, también tiene sus defensoras.

No podrás parar

asd

Y dejarás a tus amigas preocupadas

ads Un aparato que da pie a relatos de ciencia ficción con mujeres que desaparecen del espacio público.

Te vas a quedar seca como la mojama

sd Ibuprofeno, prozac y dormidina, todo en uno.

También sirve como repelente de "personajes"

asd Como lo lees, la auténtica liberación femenina.

Y a la que no le guste será por algo

<z Premio también al comentario más racista de la entrada.

Recomendado a amigas, conocidas y...

sfd Un paso lógico para los que sólo quieren lo mejor para los suyos.

Es un producto tan bueno que crea clientas previsoras

wqe Nótese cómo en lugar de optar por comprar otro aparato de otra marca que pueda ser más duradero su poder debe ser tal que la usuaria prefiere ir reponiéndolo.

¿Y para el hombre qué?

adsa No iban a tardar las denuncias masculinas. Es tal el nivel de felicidad que rodea este descubrimiento que los hombres se están sintiendo abandonados.

Y parece clara la oportunidad de negocio

aS

Cuidado: podrían no hacerte caso

asfs Los Satisfyers no sólo sirven como sustitutos de los líos de una sola noche: también están destrozando relaciones duraderas.

Y hasta mamá ha encontrado su "independencia emocional"

asd

En general, parece que con Satisfyer la extinción del hombre se acerca

sfd

Aunque los hay que estaban deseando que eso ocurriese

asd Y es que no hay mal que por bien no venga.

De parte de todos los hombres con hobbies: gracias, Satisfyer

xz<c

Pero, para algunas, siempre será mejor el maromo

sda Yep. Aunque la abrumadora mayoría de comentarios sean positivos, existen algunas contadas reseñistas para las que el invento y el márketing que rodea al producto no están a la altura de este "expendedor de orgasmos".

También hay poesía clitoriana del otro lado del charco

Las usuarias españolas no son distintas de las norteamericanas. Allí productos como el Tracy's Dog, también succionador femenino (pero no de la misma marca), provoca las mismas reacciones. Estos son algunos de los pasajes más inspirados traducidos:

Según Cloud D, quien le pone cinco estrellas:

Esto es un arma. Me curó la depresión. Ya no tengo que ir a terapia. Caminaba dando tumbos cuando terminé de usarlo, te sentirás como si hubieses tenido la mejor follacita de la historia. Créeme. Te juro por Dios que no volverás a verme fruncir el ceño nunca más. Mi vida ha cambiado por completo. Que tengas un buen día.

Y Amber Dawn Plank, presumiblemente demócrata, opina lo siguiente:

Me he pasado toda la semana sonriendo. Vino incluso a tocarme a la puerta un republicano y no empecé a insultarle sino que le dije que se fuera y que tuviese un buen día. Juro que ahora soy otra mujer.

Por último, la review de Express7976, con más de 12.000 votos de la comunidad y posiblemente el comentario de internet que más ha hecho por prodigar las bondades de los succionadores de clítoris.

Habiendo leído previamente todas las críticas del cacharro tenía las expectativas muy altas, aunque costando menos de 50 euros tampoco me iba a sorprender si acababa siendo mediocre. Se lo habían comprado hacía poco algunas amigas mías que también me hablaron de su poder. Me dijeron que me cogiese el día libre, me mantuviese hidratada y, sobre todo, que hiciera estiramientos. Menudas exageradas, pensé.
El pedido llegó a los dos días, así que empezamos bien. Venía en una caja discreta. Las instrucciones hablaban de 2.5 horas para cargarlo. Ni tan mal. Enchufé a este diablillo. Estuve haciendo tiempo mientras los niños estaban en el colegio, maté el tiempo leyendo una novela erótica que me había recomendado una amiga para ponerme a tono porque no tengo tiempo de esperar a estar “de humor”. Tenía que recoger a los niños en dos horas, así que había que estar a punto justo cuando terminara de cargar. Tik tok perra, tik tok bienvenida a la maternidad. “Esperar pacientemente” para mí significó mirar fijamente al aparatito esperando que la luz terminase parpadear cual yonki esperando su dosis. Tras una hora y media, teníamos la luz rosa.
Empieza la fiesta.
Jugué con las opciones en mi mano para analizar un poco la maquinaria. La vibración para la zona del punto G era bastante fuerte, me impresionó hasta antes de usarlo. Después venía la parte de la succión. Había tantas opciones que era interesante ver sus diferentes patrones y fuerza de movimiento. Tiene diez niveles clitorianos y 10 patrones para el punto G. Nunca había usado un succionador de clitoris, así que no tenía con qué compararlo, pero me puse a ello.
Era la hora del solitario.
Al colocármelo la parte del clítoris quedaba un poco baja para mi tipo de cuerpo, así que me llevó unos pocos minutos conseguir que todo estuviese donde tenía que estar. Como me consumió un tiempo considerable empecé a frustrarme, pero siendo un juguete nuevo asumí que era cuestión de ensayo y error. Empecé con el nivel uno en el clítoris, el más bajo, y casi no noté nada. Sin saberlo, no lo había alineado al 100%, así que, siendo como soy, decidí ir de cero a tope. Pulsé el botón succionador hasta que se puso en el nivel 5 o 6 y presioné también el botón para el punto G. E hice un pequeño ajuste en el lugar del succionador. O al menos eso es lo que creo que hice, porque estoy bastante segura de que me desmayé.
Mis piernas hicieron exactamente lo mismo que las cabras que se quedan tiesas cuando les dan un susto.
Nunca me había corrido tan rápido y tan fuerte en mi vida. Hice squirting, y eso que yo NUNCA LO HABÍA HECHO antes (Gracias al cielo había puesto una toalla, porque odio las manchas de sudor).
Como una loca empecé a darle a todos los botones para apagarlo, lo que consiguió que el succionador empezase a succionar más fuerte y la zona del punto G empezó a variar en mi tipos de patrones. Así que me corrí otra vez. Casi seguro que estaba levitando. Era un orgasmo sin fin.
Y en esta ocasión mi espíritu abandonó mi cuerpo. Y el mismísimo Dios me dijo “hija, hoy no ha llegado tu fin. Vuelve a la pequeña luz rosa” (por si te lo estás preguntando, soy agnóstica).
Vuelvo entonces a mi cuerpo terrenal después de conseguir tirar el cacharro fuera de mi cuerpo más allá de la cama. Cae en el suelo, vibrando felizmente.
Me quedé en shock sus Buenos cinco minutos. No podría haberme levantado de la cama ni aunque hubiese querido. Me puse a mirar el techo toda aturdida intentando recorder quién era yo y en qué año estábamos.

Me levanto para limpiar y me doy cuenta de que, en el zarandeo de los orgasmos me he lesionado la cadera y la espalda. Sigo cojeando cuatro horas después.
Se ve que no había calentado lo suficiente.

Así que, en conclusion, ha cumplido y excedido mis expectativas. Hidrátate. Cuídate de que, cuando lo pruebes, no tengas ninguna tarea que requiera esfuerzos mentales para el resto del día. Y por el amor de Dios, calienta como si estuvieras a punto de hacer los 500 metros lisos.


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Las mujeres, "bellas"; los hombres, "racionales": la brecha de género en los adjetivos que empleamos

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Las mujeres,

El lenguaje que utilizamos configura de algún modo nuestra forma de ver, entender y comunicar la realidad. Por ello, desde la Universidad de Copenhagen han realizado una investigación para ver hasta qué punto existe un sesgo de género en él. ¿Resultado? Los adjetivos más utilizados para hablar de las mujeres están asociados a su apariencia y los que describen a los hombres a sus habilidades y personalidad. Algo que ilustra hasta qué punto los estereotipos sobre los distintos géneros siguen anclados en nuestro cerebro.

Más utilizados. "Hermosa", "encantadora", "sexy", "maravillosa" o "con clase" son algunos de los epítetos más utilizados a la hora de referirse a las mujeres en los libros analizados en el estudio. Por su parte, el top cinco referente a los calificativos positivos asociados a la figura masculina está formado por "justo", "racional", "pacífico", "prodigioso" y "valiente".

¿Por qué? El listado anterior es una prueba más que reafirma la importancia que tiene el aspecto físico de las mujeres a la hora de referirnos a ellas. De los once adjetivos utilizados tan solo dos no están asociados a la calificación de su aspecto: pura y vibrante. Sin embargo, los que se utilizan para hablar de los hombres describen un universo más amplio: su personalidad, sus aptitudes o su fiabilidad. Un ejemplo de ello son adjetivos como "honorable", "soberano" o de "confianza".

Tres millones. El estudio impulsado por la Universidad de Copenhagen se encargó de diseñar un modelo capaz de identificar los adjetivos que completaban la definición de aquellas palabras asociadas a un género concreto. Así, entre más de 11 billones de palabras presentes en libros publicados entre 1900 y el 2008 el sistema informático buscaba palabras como, por ejemplo, "azafata" "yerno", "hermana" o "cuñado" para analizar cuáles eran los adjetivos que las acompañaban.

Resultados. El análisis anterior extrajo una conclusión principal: se utilizan más adjetivos negativos para definir el cuerpo de las mujeres que el de los hombres. Descubrieron que las palabras con connotaciones negativas utilizadas para hablar de la apariencia física se utilizaban hasta cinco veces más para hablar de las mujeres que de los hombres. Igualmente, el uso de los adjetivos positivos o neutrales asociados al físico, se emplea en el doble de ocasiones para hacer referencia al colectivo femenino.

Cuadro EurekAlert!

La importancia del lenguaje. La profesora del departamento de informática y coordinadora de la investigación, Isabelle Augenstein, hace una lectura más amplia de los resultados anteriores y sostiene que un lenguaje parcial deriva en una visión sesgada de la realidad. Por eso, desde su punto de vista es importante desarrollar modelos de lenguaje automático que estén desprovistos de esta desviación de género. Según ella, si los algoritmos utilizados para desarrollar aplicaciones y nuevos sistemas informáticos beben de bases de datos sesgadas como las analizadas por su equipo, Augenstein, seguiremos perpetrando un lenguaje parcial de género.

Imagen: Vladimir Kudinov/Unsplash

Egirls, VSCO girls, softboys… Breve guía para entender las nuevas estéticas de la Generación Z

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Egirls, VSCO girls, softboys… Breve guía para entender las nuevas estéticas de la Generación Z

Como diría Steve Buscemi, “how do you do, fellow kids?”, ¿qué pasa amigos, os sentís un poco perdidos con las nuevas tendencias estéticas de internet? ¿Os da miedo reconocer en vuestras caras el mismo desconcierto que ves sentir a tus padres cuando les explicas Loss? Para eso estamos, y hoy nos toca concretamente descubrirle a los millennials las nuevas tendencias estéticas de la Gen-Z.

Porque sí, las tribus urbanas (¿o deberíamos decir digitales?) no han muerto. Como la materia, sólo se han transformado. Ya no tienen tanto que ver con una música o una cultura cinéfila o comiquera compartida como con unas aspiraciones estéticas comunes (muy deudoras de los 90s y 2000s) que los hermanan desde sus dormitorios con jóvenes de todo el mundo.

Las ropas, complementos y estilos que vamos a ver aquí no son, en muchos casos, unos códigos rígidos e inmutables que deben vestirse para formar parte del colectivo, sino más bien guías maestras sobre las que adecuar tu propia aesthetic que estará más o menos distanciada de estos arquetipos.

Además, es más habitual llevar más lejos estas expresiones visuales dentro de casa (para subir a sus feeds de diferentes redes sociales) que en la calle, ya que ya no hace falta dar tanto el cante en su pueblo de Palencia o Iowa. Por eso mismo, por estar pensadas para su consumo en la pequeña pantalla de nuestros smartphones, son subculturas también muy desarrolladas en lo performativo, con muchos gestos y poses bufonescas, como puede ver cualquiera que se pasee dos minutos por Tiktok. Todo esfuerzo que haga cualquiera debe pasar antes por un filtro pseudoirónico. En última instancia, si hay algo común a toda esta chavalería es una hiperconsciencia de su imagen. 

Y sin más, allá vamos.

VSCO Girl

 

Son rabiosamente frívolas y chispeantes, y tienen “un puntito loco”, o al menos así las definen los que hacen memes sobre ellas (son un colectivo bastante parodiado por gente mayor, hasta tal punto que la corriente de la mofa es casi más poderosa que la subcultural en sí). La teoría también cuenta que están preocupadas por el medio ambiente (por eso llevan una pajita metálica allá donde vayan) y que están obsesionadas con su imagen en redes sociales (algo que de seguro no afecta al resto de colectivos de esta lista). El origen de la etiqueta está, por supuesto, en el uso de la popular aplicación de edición fotográfica Vsco.

 

Su estética es una mezcla entre la surfera dosmilera de Roxy y algunas tendencias actuales femeninas de Urban Outfitters, y para muchos son las herederas espirituales de la tumblr girl. Bronceado rollo Los Ángeles, camisetas oversized, sandalias birkenstocks, mochilas Kanken, pulseras de conchas de Puka… En fin, todo lo que aparece en este meme.

 

Las dos cuentas más populares dentro de esta estilo son el de Emma Chamberlain y el de Danielle Cohn.

EGirl

Si la Dentro de las vsco girls son las basic, las egirls son el reverso oscuro, las raritas de la clase. Prácticamente una evolución de las góticas, aunque no sólo, ya que dentro de las egirls hay al menos dos corrientes, la gothic y otra más girly (con sus mismos nombres es fácil dilucidar hacia dónde va cada una de estas categorías).

 

Son una fusión del universo anime y filojaponés en general con un toque emo a lo Myspace. El uniforme oficial consiste en una camiseta de manga larga a rayas blancas y negras, profuso colorete rosáceo, corazoncitos negros en los mofletes, bien de eyeliner, pelos de colores si no pelucas y expresiones faciales y corporales exageradamente animes, como por ejemplo la ahegao (una cara típica del hentai). Hay mucho de BDSM y bondage, también, y de hipersexualización infantil en algunos perfiles, aunque no en todos.

 

Parte de la paradoja es que, aunque se considere que la vsco girl es lo más parecido a la normalidad y a la popularidad, en realidad las egirls son mucho más comunes y populares, al menos en Tiktok, su reino. Y, por supuesto, aunque lleven una supuesta imagen alternativa, su intención no es tanto refugiarse en un nicho pequeño como lograr el éxito vía likes. Llamar la atención, a fin de cuentas, es lo que busca cualquier ser humano con un perfil en redes sociales, y ya no existe una penalización social por hacerlo.

 

Hay miles de cuentas, pero la más conocida para el gran público fue Escty, que se hizo desgraciadamente famosa cuando fue asesinada por un chico que se sentía atraído por ella y que subió las fotos de su cadáver a 4chan.

Game Girl

No confundir con la egirl aunque, de hecho, según Urban Dictionary, el término egirl apareció en torno a 2013 definiendo precisamente a las gamer girls.

En este tiempo las gamer girls han ido escindiéndose hasta crear un estilo propio ajeno al de las primeras (aunque hay muchas similitudes), a saber, cascos gamer de colorines (sus cuartos son un calco de la habitación gamer por antonomasia solo que pasado por un filtro cromático no apto para diabéticos), orejitas de gato y una querencia por la estética cosplayer. ¿Recuerdas la instagramer que vendió el agua en el que se bañaba como agua gamer? Eco.

 

EBoy

Versión masculina de la egirl. tl;dr, son una mezcla entre heavies e integrantes de una boy band que intentan ser guapos y atraer sexualmente, afeminados como en el canon oriental; sin miedo a, por ejemplo, pintarse las uñas, pero manteniendo toques de masculinidad como demuestra su abuso de la ropa negra o el fumar. Podrían llamarse también Timothée Chalamet vibes. Irrenunciable la mirada de cordero degollado.

 

Cadenitas al cuello, normalmente de plata, Doc Martens o Vans, camisetas de manga larga por debajo de camisetas anchas de grupos o de licencias que se llevan de forma irónica. Los gorros Carhartt son un must tanto para ellos como para muchas otras ramificaciones oscurillas, como las egirls. El eboy también puede llevar chokers al cuello y pendiente en la oreja. Idealmente el pelo con mucho volumen y llevado corto, como los personajes de anime o las estrellas del k-pop.

 

Softboy

También softboi. Son lo opuesto al fuckboy, o lo mismo que ellos pero sin ningún ápice de masculinidad tóxica. Son, evidentemente, blanditos, abrazan sus emociones, como los protagonistas de Las ventajas de ser un marginado. En principio son positivos y sinceros, no van con malas intenciones. Tienen un punto risueño que les convierte en el reverso masculino de la manic pixie dream girl.

 

Visten como bibliotecarios de los 90, un poco John Hughes, otro poco Tommy Hilfiger, con gafitas redondas y ropa un poco normie. A ser posible, el pelo rizadillo. Pueden llevar prendas rosas, con florecillas y horquillas (sólo algún detalle de todo esto, no todo a la vez) porque no les importan las convenciones de género. Son por lo general vintage, y es muy posible que tengan vinilos antiguos, aunque uno también se les imagina escuchando a Tyler the Creator, Tame Impala, Lana del Rey.

 

Baddie

O fashionista. Más que una tribu urbana a la que adherirse, una etiqueta que acaban recibiendo un tipo de personalidades online mega conocidas: las tías buenas normativas de Instagram que derrochan confianza en sí mismas. Imagínate alguien con el cuerpo de Rihanna y la actitud de Cardi B llenando su perfil con fotos tipo Kardashians. Contouring, uñas de perezoso, chándales apretados, sudaderas crop top y, si te lo puedes permitir, algo de Gucci. Poses muy sexuales pero siempre manteniendo un halo amenazador e inalcanzable.

 

Al ser un estilo tan asumido en el mundo fashionista, es también muy normal de darle un toque más o menos baddie a tu outfit.

 

Tag yourself

Por último, una recopilación de esas etiquetas no tan rompedoras, no tan establecidas como una novedad en sí misma, pero que sirven como adjetivos para definir hacia dónde va encaminado tu estilo: grunge, skater o vintage son bastante descriptivos en sí mismos. Hypebeast, que para quien haya estado en una cueva durante la última década son los adictos a la ropa limitada de marca, especialmente las zapatillas.

 

También está la minimalist tumblr girl (estampados a cuadros, camisetas con mensajes de justicia social), el estilo pastel (a ser posible con prendas japonesas), el ratchet racer (un estilo muy deportivo y callejero que ha hecho resurgir a la marca Champion y que a veces confundimos con el chonismo) y los greasers (sí, parece que vuelve la idea de vestirse a lo rocker como en la película Grease).

Es normal que todos los influencer del cumpleaños de Dulceida estén con el móvil. Es su trabajo

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Es normal que todos los influencer del cumpleaños de Dulceida estén con el móvil. Es su trabajo

Se abre el telón y sobre el escenario se despliegan varias decenas de personas bailando al ritmo de una música roma y repetitiva. La localización es el corazón de Ibiza y el motivo de tan extraña reunión es el cumpleaños de una de las personalidades más conocidas del orbe digital. Es, pues, una celebración, pero nadie parece celebrar gran cosa: todos los personajes de la sala interactúan con sus móviles, se graban a sí mismos, documentan la festividad, y omiten de forma más o menos consciente la presencia del resto de invitados. ¿Cómo se llama la película?

Dulceida, 30 años, o el enésimo debate sobre cómo hemos dejado de disfrutar de las cosas importantes por culpa de los móviles.

Críticas. La escena, un breve fragmento grabado por uno de los invitados, ha recorrido las cuatro esquinas de las redes sociales durante todo el fin de semana. En ella se muestran algunos segundos de la fiesta. Lo que más ha llamado la atención ha sido la actitud de todos los presentes, más preocupados por sus teléfonos móviles que por disfrutar de la música o de su compañía mutua. En Twitter, el vídeo se ha compartido miles de veces, casi siempre acompañado de un "vivimos en una distopía", "un nuevo capítulo de Black Mirror" o "esto me parece super triste".

Un  mensaje general de en qué nos estamos convirtiendo que encaja bien con otras polémicas recientes y con las ansiedades de nuestro tiempo (junto a otro mensaje, menos relacionado con esto: la pelea que todo el mundo quiere ver y que no se grabó).

¿Es así? No. Lo vimos en su momento a cuenta de la mujer que, en plena presentación de una película, acudía al lugar de los hechos sin su móvil. Todos los demás, a su lado, miraban la realidad a través de su smartphone. Lo cierto es que compartir nuestras experiencias con otras personas es otra forma de disfrutar. El paradigma sobre la forma en la que un acontecimiento nos hace feliz es otro, y las cosas que nos parecen importantes o dignas de ser experimentadas de un modo u otro cambian con el paso del tiempo. Cuando vemos la escena del cumpleaños y pensamos "ya no sabemos disfrutar" leemos el presente con ojos del pasado.

Con ojos, además, dulcificados. Las cámaras siempre estuvieron ahí. Solo que no las asociábamos a un relato moral.

Fotos = felicidad. Se generó una conversación similar cuando miles de personas acudieron a un concierto de Rosalía teléfono en mano. La imagen revelaba, al parecer, algo más profundo: en la era de la apariencia, preferimos documentar para posteriormente presumir mucho antes que observar la realidad con nuestros propios ojos. Lo cierto es que la ciencia tiene aquí algo que decir: sabemos que hacer fotografías impulsa nuestra capacidad para disfrutar del momento, y que las imágenes funcionan como un amplificador emocional capaces de disparar nuestra atención y la intensidad de lo vivido. De fijarlo mejor en nuestra memoria.

Los nuevos artistas entienden esta dinámica, y por eso permiten y animan a sus seguidores a grabar sus conciertos. Todos salen ganando, unos más felices, otros más difundidos.

Trabajo. Es decir, tiene sentido que documentemos nuestra vida. Y más aún que hagamos partícipes a nuestros seguidores de nuestra experiencia/felicidad. Pero en el caso de los invitados a la fiesta de Dulceida hay que tener en cuenta otro factor: su trabajo es precisamente ese, compartir su vida, sus experiencias idealizadas, con el resto de la humanidad. Los influencers cimentan su fortuna proyectando su vida con sus seguidores, compartiendo sus vivencias con una audiencia gigantesca y subastándolas al mejor postor (ya sabemos que vender merchandising les resulta más complicado). ¿Cómo no hacer lo propio en un evento como el de Dulceida?

Solos, acompañados. De fondo, pervive la idea de que los móviles nos están aislando del contacto con el resto de humanos, una difundida hasta por anuncios de licores. ¿Es así? Sabemos que el uso de smartphones está asociado a mayores índices de depresión y ansiedad, y también que la soledad cotiza al alza entre los millennial, paradójicamente la generación más conectada. Pero también que los teléfonos promueven patrones de socialización positivos, y que nuestra forma de relacionarnos con nuestro entorno ha cambiado (antes más local, ahora más global: tenemos amigos en otros rincones del mundo con los que hablamos a diario).

La cuestión de la soledad en plena era de la conectividad es interesante, pero la ciencia al respecto aún queda lejos de respuestas claras y unánimes. 

¿Eres imberbe? No te preocupes: el negocio de las barbas postizas ha llegado para solucionarlo

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¿Eres imberbe? No te preocupes: el negocio de las barbas postizas ha llegado para solucionarlo

La barba y los abdominales no vienen integrados dentro de la secuenciación de adn de los hombres, sino que más bien son una especie de plug-in que te sugieren instalar si quieres cumplir con parte de los cánones establecidos. Mientras en los 90s lo último eran los afeitados apurados, los 2010 han traído la obsesión por las barbas y con ella todo un mercado de opciones destinadas a solucionar los problemas de imberbes y barbas descompensadas. 

Injertos. Al igual que se ha configurado todo un sector en torno a los implantes capilares (y los viajes a Turquía), la repoblación de vello facial se está convirtiendo también en una opción para todos aquellos que no tienen barba o cuya densidad no es la deseada. Según informa la Asociación de Dermatología y Venerología, el procedimiento de este tratamiento es similar al de los implantes capilares; se toma pelo de la parte de la nuca, aunque también puede servir el de brazos y piernas. El único requisito es que se trate de zonas que no estén afectadas por la calvicie. Respecto al precio, el tratamiento ronda los 3.000 y los 6.000 euros dependiendo de la clínica.

Barbas postizas. Sin embargo, como un paso previo a los injertos hay otras soluciones menos dolorosas y mucho más económicas: las barbas postizas creadas a partir de pelo natural. Oscilan entre los 100 y los 300 euros y se colocan aplicando en la piel un tipo de silicona muy utilizada en maquillaje, y que ayuda a fijar los parches de vello. Dentro de este nicho, hay marcas muy entregadas que suben a YouTube los diferentes procedimientos de aplicación de los bigotes, perillas y barbas que venden.

Hormonas y folículos. Estas son las razones principales por las que hay hombres que de forma natural tienen una barba frondosa, fuerte y homogénea y por la cual otros tienen cuatro pelos en la barbilla. Según contó la dermatóloga Jennifer Chwalek a Business Insider, la posibilidad de presumir de una barba digna del catálogo de Panama Jack reside en la genética. Es decir, depende de la cantidad de dihidrotestosterona producida y el número de folículos pilosos presentes en la piel.

De tal forma que, a mayor sensibilidad folicular respecto a la dihidrotestosterona más se estimulará la producción de vello. Si además esta persona tiene un elevado número de folículos, la barba que le crecerá será más densa y homogénea.

Soluciones. El mercado en torno a las barbas y su cuidado no termina en los implantes y los postizos, sino que hay mucho más. De hecho, la variedad de productos disponibles recuerda en cierto modo a la amplia oferta de productos capilares que existen para las mujeres. Existen aceites de distinto tipo para impulsar el crecimiento, champús y acondicionadores específicos y hasta bálsamos para dar olor a la barba.

De hecho, a raíz de un artículo publicado por el Wall Street Journal sobre el nuevo mercado de las barbas postizas, se abrió un hilo de Reddit donde distintos hombres comenzaron a compartir sus secretos relativos al crecimiento de la barba. Y como si fuese un foro dedicado a analizar los resultados respecto a distintos tratamientos, los participantes compartían la evolución de sus barbas y pedían consejo estético a los demás.

Más bacterias. Este estudio publicado por investigadores de la Clínica Hirslanden en Suiza, llegó a la conclusión de que los hombres con barba poseían una mayor carga bacteriana en su vello que los perros en su piel. Los exámenes microscópicos y las resonancias magnéticas demostraron que de los 18 hombres con barba que participaron en el estudio, todos ellos poseían una elevada cantidad de colonias bacterianas, mientras que de los 30 perros examinados solo 23 presentaban niveles similares.

Así que, a pesar de que la psicología sostiene que un hombre con barba transmite autoridad, poder y respeto, la biología pone sobre la mesa que, en ocasiones, las condiciones higiénicas no son las mejores.

Consecuencias del #MeToo dos años después: el 51% de los solteros de EEUU son más cautelosos en las citas

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Consecuencias del #MeToo dos años después: el 51% de los solteros de EEUU son más cautelosos en las citas

Fue liberador para miles de mujeres, importante a nivel profesional para al menos un centenar de ellas. El #MeToo, que arrancó con las alegaciones de varias actrices de Hollywood contra los abusos sexuales y de poder de Harvey Weinstein a lo largo de las décadas, acabando con la omertá que reinaba en su industria, terminó impregnando toda la conversación sobre el acoso laboral tanto dentro como fuera de sus fronteras. Y hoy tenemos los jugosos resultados de una encuesta sobre la relevancia social del movimiento.

El blog Heartbeat en colaboración con la página de citas Match han realizado unas encuestas personales a 5.000 varones solteros estadounidenses (los solteros corresponden un 40% de la población adulta del país) para preguntarles sobre sus actitudes interpersonales con respecto al #MeToo desde que saltase a la conversación.

El 51% dijo que les había motivado a cambiar sus actos de alguna forma, el 40% dijo adoptar ahora unas actitudes más reservadas hacia sus compañeras de trabajo y el 34% que se cortaban más a la hora de hablar o actuar durante el transcurso de sus citas. La generación que más constata haber modificado sus conductas ha sido la millennial. Como señalan desde la empresa, esa percepción en la variación del trato no implica necesariamente que hayan mermado los casos de abuso o acoso sexual.

Cambios para hombres y para mujeres. El estudio también señala que ahora hombres y mujeres dicen ser más reservados a la hora de conocer a alguien en la vía pública (un 35% reconoce ser más cauteloso), al quedar para una cita (33%) o al decir algo sobre las relaciones entre hombres y mujeres en Internet (28%).  El 46% y el 69% de hombres y mujeres respectivamente dicen que el #MeToo ha sido importante en su vida, así como una discusión necesaria. Por otro lado, un 19% de hombres y un 10% de mujeres dicen que el #MeToo ha influido en las citas negativamente, haciendo el ligoteo "más difícil".

La norma Billy Graham. Otra de las ideas que ha cruzado la mente de muchos ha sido la de solventar el dilema matando moscas a cañonazos: no teniendo ningún tipo de encuentro profesional con mujeres por si acaso. Billy Graham es la ley fundamentalista evangélica por la que hombres protestantes mantienen su integridad religiosa evitando la tentación al no estar en la misma habitación que una mujer soltera. Mike Pence, el actual vicepresidente del país, es uno de los practicantes de la norma más populares.

Limitaciones. Una encuesta que ganó mucha tracción gracias a los medios también reflejaba que los hombres decían haber limitado las posibilidades de contratar a mujeres muy atractivas en un 3%, y también se afirmaba que un 6% de hombres eran menos favorables a contratar a mujeres para puestos donde hubiese contacto habitual con ellas. Paradójicamente ese mismo estudio hecho un año después decía que había una caída del 14% de hombres que decía que no tendría una reunión individual con una colega mujer. Según Bloomberg sí es una idea que ha ganado tracción en Wall Street.

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